lunes, 23 de marzo de 2009

Clint y Estados Unidos frente al espejo


Escribe: Roberto.

Imaginaos al protagonista de "Por un puñado de dólares", o de "El bueno el feo y el malo", o de "La muerte tenía un precio"; o a Harry el Sucio, o a Munny, el pistolero de "Sin Perdón". A cualquiera de ellos o, mejor, a todos ellos que vienen a ser el mismo. Imaginaos a ese vaquero sanguinario y sin escrúpulos 40 años más tarde. Retirado en un barrio residencial de algún lugar de Estados Unidos que se ha llenado de inmigrantes. Habituado a la intolerancia, asediado por la mala salud, por la incomunicación con sus hijos y por la culpa.

Eso es Gran Torino. La redención de Clint Eastwood y de su papel fundamental en un cierto cine (norte) americano, violento y de valores primitivos. Y si casi podemos decir que el cine (norte)americano es (norte)América, Gran Torino es, por extensión, la redención de los Estados Unidos. La toma de conciencia de un país de que, como ya advertía Dylan hace años, los tiempos han cambiado. El anterior juego se ha agotado y los viejos jugadores deben dejar paso a los nuevos (también en el propio cine), aunque sean "amarillos", porque esos "amarillos" son los nuevos americanos.

Ir a ver Gran Torino es ir a ver el último acto heroico de Clint (de hecho es su última película como actor), su último afeitado con cuchilla, su última tentación. Pero de un Clint ya anciano y cercano a la muerte y, por lo tanto, cansado y con menos brío del habitual (de lo que adolece la narración), pero tremendamente sabio, profundo, inesperado y moral.

Ir a ver Gran Torino es ir a ver la situación de un país, mejor dicho, de un Imperio, en medio de un cambio radical. De un coche grande y viejo que necesita de un nuevo conductor, ya sea asiático (y ficticio), ya sea negro (y real), para salir de la oscuridad de un aparcamiento y volver al camino del mar y de la libertad.

En consecuencia, Gran Torino es la muestra de grandeza de un director de cine y de un país (que por algo es un Imperio) que tienen la valentía de reflexionar y de reconstruirse, de morir y de volver a nacer. De mirarse ante el espejo.

5 comentarios:

Unknown dijo...

¿Último trabajo como actor? Ya lo dijo en Million Dollar Baby, así que aún hay esperanza. Espero que se vuelva a mirar al espejo y se de cuenta de que le viene pequeño, que necesita una pantalla más grande

Desencantado dijo...

Lo mismo tienes razón y se vuelve a animar...aunque esta vez yo creo que ya no le veremos más (si finalmente esta es la última vez que actúa, su última escena en el cine, en Gran Torino, es muy significativa).
Pero bueno, como director el tio no para porque creo que ya tiene en mente tres proyectos nuevos (entre ellos un biopic de Nelson Mandela para Enero del año que viene, con Morgan Freeman, Matt Damon, la Jolie...)...

Gracias por el comentario y por pasar por aquí. Eres uno de los 3 ó 4 privilegiados que lo conocen (contándonos a nosotros)...jaja

Roberto.

Unknown dijo...

Los viejos rockeros nunca mueren. Qué bien saber lo de los proyectos, me alegra imaginarme otra vez viendo alguna de Clint. Además, me gusta más como director que como actor.

En lo de privilegiado por conocer el blog...descartaré la ironía, porque realmente me gusta ,)

Por cierlo, dale una abrazo al David de mi parte, tú que lo tienes a mano.

alexc dijo...

Creo que es la mejor crítica que he leído de "Gran Torino". Enhorabuena.

Desencantado dijo...

Mchas gracias alexc...sobre todo por pasarte por aquí y pararte a comentar. Estamos empezando y que poco a poco vaya habiendo algún comentario nos alegra un montón.

Un saludo, ¡espero que sigas leyéndonos!