martes, 9 de febrero de 2010

La carretera, El secreto de Anthony Zimmer y Zombies Party



Sé que llego tarde. Días, semanas o incluso meses de retraso. Llevaba tiempo sin ver cine. Lo sé, lo sé. No merezco indulgencia. Pero bueno, las películas tienen esas cosas que al final terminan por volverte a atrapar. He aquí un ejemplo del pasado fin de semana. Llevaba tiempo sin pararme unos segundos a recapacitar hacía dónde estaba dirigiendo mi vida (La que tiene que ver con el séptimo arte) no las demás que son muchas y complicadas de digerir y explicar. Retomando el tema, llevaba tiempo sin pararme dos horas (7.200 segundos para plantearse muchas cosas) y ponerme una película. Daba igual si era de Indios, vaqueros, chinos o marcianos... sólo que pensaran por ti un poquito más de la cuenta. Tampoco es mucho pedir después de todo.

Para todo ello hemos de golpear al calendario hasta el pasado lunes 1 de febrero. Andaba yo en mi hogar terminado de hacer unos trabajos de los que no me siento excesivamente orgulloso y puse la televisión de la que aún menos orgulloso me hallo. Y voilà como dirían los vecinos francófonos que de mucho tiene que ver esto de lo que estoy hablando. "El secreto de Anthony Zimmer" se revela ante mí. Un tren que vuela sobre sus raíles, Sophie Marceau y el tipo más afortunado del mundo1 o Yvan Attal que así se llama en la vida real. Un ingenioso y trabajado diálogo y ya tienes una película a la que no tienes intención de soltar. Pero al final... te tienes que marchar a hacer lo que tienes que hacer. Quedó ahí el film. Y no pude ver los créditos finales. Esto empezaba a prometer.

Desde aquella hasta el viernes no tuve más contacto con el mundo ese del que les hablamos aquí.

Viernes: 5 de febrero. 18:04. Tu nariz abandona el edificio y aletea buscando el aire de la calle. ¿A qué huele? ¿A libertad? no, a condicional bajo fianza... Llamada al móvil y ya tienes plan. Cine a las 22:45. Tu apéndice nasal lo tiene claro: "esta noche no disfrutaré del aroma de la caña de azucar". Y no se equivocó: noche sin ron. Tocaba andar "la carretera". Me habían atrapado por segunda vez y de esta no salía...

Dos horas después deshice el camino. Si aún no han ido a ver "The road" es recomendable que no sigan leyendo estas líneas. Si la han visto y les ha gustado, es recomendable que acudan a su médico de cabecera. No quiero ser excesivamente duro con la película porque tampoco creo que merezca ser defenestrada. Vamos por partes:

- Producción: Impresionante. un trabajo de localización excelente y una muy cuidada utilización de los efectos artificiales (Últimamente parece que todo tiene que volar por los aires y aquí, al menos, no pasa eso.)

- Iluminación y fotografía: sobresaliente en este aspecto ya que trata de manera soberbia la luz y los encuadres de lugares devastados, cosa que ayuda mucho en este tipo de cine post-apocalíptico.

- Realización: correcto el director John Hillcoat. Yo no leí el libro pero según conocidos que leyeron la obra de McCarthy ganadora del Pulitzer, el director consigue plasmar la historia de manera fiel.

- Elenco: Maravillosa actuación de Viggo Mortensen y Kodi Smit-McPhee el joven que acompaña a su padre durante toda la cinta, bastante bien. Charlize Theron lamentablemente aparece muy pocos minutos pero es el leitmotiv de la historia. También aparece de manera aún más breve Robert Duvall.

¿Y cómo es que después de que todos los aspectos importantes de la película son más que notables el resultado global tiende a la mediocridad? Muy sencillo. Yo creo en otros Apocalipsis.

Al día siguiente y ya en casa. Enciendo el ordenador y encuentro que ya está disponible "El secreto de Anthony Zimmer" en mi ordenador. Decido verla. Y retomar lo que el lunes no acabé. Ojalá me hubiese quedado en ese tren... Lo demás... créanme, sobra. Entretenida, sí, no lo niego, pero nada más. Si tienen 90 minutos, vean un partido de fútbol. O el remake que están rodando en estos momentos con Tom Cruise en el papel de Anthony Zimmer... upss, lo siento... ¿Acaso no era evidente?

Ya por la noche, el sábado, uno se ducha y ve las cosas de otra forma. Y casualmente se vuelve a topar con el cine en la televisión mientras un secador inunda con su "suave" susurro la habitación. "Zombies Party".

Creo que todo esto bien merece un punto y aparte. Y aquí estamos. Mientras el secador sigue con su monótono cantar, la película va fluyendo y un gag aflora. Humor inglés. Importación de la buena. Comedía. Terror. Romance. Zombies. ¿Qué más pediría Victor Camargo? El secador deja de sonar pero nada me mueve del sofá y quiero más. El minutero sigue contando e hipnotizado no dejo de mirar a la pantalla. Me ha atrapado definitivamente. Me ha divertido. Me ha aterrorizado. Me he enamorado. ¿Qué más pediría cualquiera? Un lunes menos gris...

1Véase a Sophie Marceau y comprenderá de lo que estoy hablando.

David Orea
09-II-2010

Qué de pelis...

No hay comentarios: