martes, 20 de octubre de 2009

7 directores, 6 mujeres, 2 libros y una pistola


Escribe: Roberto (esto es lo que se llama "apropiación de un blog compartido").

Vamos a hablar un poco de cine, que ya va siendo hora, y dejemos un poco la literatura, ya sea por necesidades del guión o por mera incapacidad. Sea como sea, es lo que toca. Jean-Claude Izzo dice en su estupendo libro “Soleá” que lo que se puede comprender se puede perdonar. Así que espero que entiendan la exagerada extensión de esta entrada, han pasado dos meses…

Malditos Bastardos – Quentin Tarantino


Con las últimas películas de este hombre me viene pasando algo curioso: acaba la proyección y no tengo muy claro si lo que he visto me ha gustado o no, ni si en las últimas dos horas he disfrutado o me he decepcionado. Necesito el paso de los días para que la balanza se vaya inclinando hacia uno de los dos lados.

Con los "Kill Bill" cayó del lado positivo y con "Death Proof" del lado totalmente negativo.

Con "Malditos Bastardos"… el peso se ha quedado en la mitad. No pude evitar la misma sensación que he tenido con las anteriores películas de Quentin: ver a un genio haciendo el bobo, ver a un grande limitándose a contar un chiste que encima no tiene mucha gracia. Como si Zinedine Zidane volviera a los terrenos de juego y se dedicara a jugar al “culete”.

La película tiene cosas que están muy bien y cosas que están muy mal. Los géneros elegidos esta vez por Tarantino podrían ser el Spaghetti Western y la Farsa o el humor absurdo. Y creo que en lo segundo falla estrepitosamente. Y no es que no pueda intentar hacernos reír, es que no tiene ni puta gracia. De este modo, escenas realizadas como muy pocos son capaces, conviven con verdaderas estupideces sin valor ninguno. Todo esto acompañado de una violencia desmedida a la que tampoco le veo mucho sentido. Aún así, hay momentos en los que "no he podido evitar" disfrutar,; algunas escenas están realmente bien.

Quizás, como dicen David y Jandro (a los que sí les ha gustado mucho "Inglorius Basterds"), la gran desgracia de Tarantino es que su segunda película (sin contar el maravilloso guión de Amor a Quemarropa) fue Pulp Fiction. Tocó techo demasiado pronto. Como si la volea de Zidane en la gloriosa noche de Glasgow la hubiese hecho cuando era tan sólo un alevín. Pero, en mi opinión, se le podría perdonar que no fuera capaz de realizar otra película tan brillante, pero lo que es imperdonable es que ya ni siquiera lo intente.

La que me gustó especialmente fue Mélanie Laurent (la gerente del cine -las dos fotos de arriba -) que está verdaderamente creíble y hermosa. (Daniel Brhul también está bien).

Ágora – Alejandro Amenábar


Lo primero que hay que decir es que "Ágora" es una buena película y que su director es un auténtico Director de Cine, así, en mayúsculas. Alguien que sabe lo que se hace y que maneja los elementos del lenguaje cinematográfico de manera inteligente. La película está bien hecha y tiene momentos realmente bellos.

Lo segundo que hay que decir es que es una película un tanto extraña, atípica, y que aunque no dudo que sea voluntario (sospecho que Amenábar sabe de esto bastante más que yo) para mí lastra la cinta y la convierte en una película, en cierto modo, fallida.

Han acusado a "Ágora" (algún crítico lo ha hecho, no así en las miles de entrevistas promocionales, pelotas y edulcoradas que le han hecho a Amenábar estos días y a las que obligará la necesidad de rentabilizar su increíble presupuesto) de falta de emoción. Y creo que es verdad (aunque como ya digo imagino que será algo, más o menos, intencionado, pero para mí también es algo, más o menos, erróneo). La causa de esta falta de emoción me parece que es la ausencia de una trama central que seguir y con la que identificarnos. Su personaje principal carece de una historia que el espectador pueda sentir como propia y así llegar a la emoción. En la película, Hipatia (guapísima Rachel Weisz -foto-) investiga, enseña, estudia…en fin, hace sus cosas, sin involucrar al espectador en ningún conflicto.

Es una película casi divulgativa y por lo tanto exige mucho del espectador. Me extraña que Amenábar, un director tan preocupado siempre por el público y consciente de la necesidad de darle algo con lo que entretenerle, no nos haya dado en esta ocasión ningún palo que morder, ninguna barca por la que navegar el interesantísimo río de Ágora. Quizás la pretensión es que esta barca (esa trama a la que engancharnos) fuese Davo (el esclavo protagonizado por Max Minguella), pero no creo que lo consiga. Aún así, esa ha sido su elección y resulta basante interesante.

Lo que sí está claro es lo que pretende Amenábar: atizar un soberano palo a las religiones en general y a la cristiana en particular. En su libro de conversaciones con Oti Rodríguez Marchante, Amenábar opinaba que un director tiene que tomar partido a la hora abordar un tema en una película, evitar quedarse en territorio neutro aunque sin llegar a caer en el panfleto. Aquí, desde luego, queda clara su idea: la religión es el mayor enemigo de la sabiduría. Cosa que se ha demostrado a lo largo de la historia (y a lo largo de los telediarios). Así, en la película no se habla, por ejemplo, de San Agustín, que si bien fue quien incitó a la lucha armada también destacó por su cultura e inteligencia.

Con todo, Ágora, es una película valiosa y valiente, divulgativa y bella, una “rara avis” en el cine español (a nivel de producción y dirección) e internacional (a nivel de intención divulgativa).

Si la cosa funciona – Woody Allen


La nueva de Allen es la de siempre de Woody. Una película lúcida y divertida. Una vuelta a su querido Manhattan y a sus comedias “made in Allen”. La película se sostiene, en gran medida, gracias a sus dos protagonistas. Por un lado, en el alter ego del director, Larry David. Por otro, la jovencita Evan Rachel Wood -fotos-. El primero funciona perfectamente como sustituo de Allen, aunque yo no puedo evitar imaginarme siempre al verdadero Woody. La segunda llena la película de luz y hace creíble un personaje bastante difícil de creer.

La película tiene un truco bastante interesante: no mostrarnos nunca la relación íntima entre los protagonistas (nunca les vemos dormir juntos), lo que nos hace dudar hasta el desenlace final de si ese viejo culto y amargado verdaderamente ha creído en lo imposible, lo que hace más hermoso su enésimo desengaño (es curioso esa tendencia de los personajes de Allen hacia el suicidio cuando ya están en la última fase de su vida).

El único “pero” que le puedo poner a la película (sabiendo que tampoco hay que darle muchas vueltas: es una simple comedia ligera), es que Allen no intenta comprender a sus personajes sino imponerles su doctrina, llevarlos de un prejuicio a su contrario. No basta con que un hombre paleto y reaccionario de la América profunda crezca como personaje y aprenda algo “del bando liberal”, es que tiene que convertirse, sin preámbulo alguno, en el gay más progre de Nueva York; al igual que su mujer (tan retrógrada como su esposo) no se conforma con abrir su mente, sino también, y de par en par, sus piernas.

REC 2 - Jaume Balagueró y Paco Plaza

REC 2 me pareció igual de divertida que REC 1. Además, ambas, son películas mucho más difíciles de hacer de lo que puede parecer. Consigue lo que intenta: asusta, entretiene, divierte... Bien dirigida y bien interpretada (no es nada facil hacer naturales los personajes de la cinta). Gran aparición de Manuela Velasco -foto-.

Buen y taquillero cine español.

"No dejes de grabar, Pablo; por tu puta madre".

Dos libros y una pistola

Recomendar dos libros maravillosos que me han regalado: “Armas, mujeres y relojes suizos” de Eduardo Torres-Dulce. Y “Sólo para mis ojos”, del maestro José Luís Garci. Ya hablaré más detenidamente de ellos cuando los termine. De momento (sobre todo el de Garci), una auténtica maravilla.

He visto dos películas de esas imprescindibles de las que había prescindido: “Cara de Ángel” (Otto Preminger, 1952) y “Retorno al pasado” (Jacques Tourneur, 1947) . Y sí, son tan maravillosas y perturbadoras como las mujeres que las protagonizan (Jean Simmons -junto a Robert Mitchum, abajo- y Jene Greer -más abajo- ) y como las que protagonizan nuestras vidas.

Acabo con unas palabras de Garci acerca de estas "femme fatale": Para mí, la mejor mujer pantera siempre será Jane Greer, la chica morena de "Retorno al pasado", la que hace que Mitchum y Douglas pierdan la cabeza de la misma forma que nosotros la hemos perdido tantas veces... con apenas gatitas.



Ya lo dijo Godard: Una película es una mujer y una pistola.

Y todas llevan una...

NOTA: A ver si escribe nuestro corresponsal en Londres...